La Panza
Abel Velazquez
El mundo bajo fuego, armagedón de a peso,
El último couplé de un licenciado a cantautor,
Luz rota en el espejo, amantes de momento
Que en burdas soledades, se buscan el amor.
Y el miedo, corriéndome en los brazos
Sin saber si estoy en tratos, con Dios o con el Diablo,
Si basta con mis sueños, para hacer de este silencio,
Tu palacio, tu palacio.
La lluvia que no moja, la fe en las cruces rotas,
El tiempo en las bastillas, las canas y el reloj,
Los niños que veneran, un payaso en las noticias,
Diciéndonos que el reino de los buenos terminó.
Y el beso, que dejas en mi frente,
Me ordena desde el cielo, esperarte a que regreses,
Si no basta con mis sueños, para darte mil te quieros,
Tendría que regalarte, algo más que una canción.
Y tal vez puedas aceptar,
Que no soy y no seré un buen negocio,
Un artista de finezas defendiendo al arrabal,
Un poeta del moderno siglo de oro.
Un atlético aspirante a diputado federal,
Un prisionero, un manirroto un buen amigo,
Que no canto pretendiendo, que alguien me quiera escuchar,
Soy una panza con guitarra, que ahora por ti se ha hecho devoto,
De tu vientre que en las fotos, no se deja, retratar.
Las nubes de tormenta, no tocan a la puerta,
Afuera las sirenas con su escandalosa voz,
La muerte que pasea por sobre las banquetas,
Vestida casi siempre, de desesperación.
Y el humo, vomita en sus señales,
Que estás bien y por la hora, seguro tienes hambre,
Si no basta con mis sueños, para cocinarte un ruego,
Tendrás que conformarte, nuevamente con arroz.
Y tal vez puedas aceptar,
Que no soy y no seré un chucho el roto,
Un vouyer de la desdicha, un mago de verdad,
Un San Jorge resurgiendo de entre el lodo,
Un escriba de la vida, de todos los demás,
Un prisionero, un manirroto un buen amigo,
Que no canto pretendiendo, que alguien me quiera escuchar,
Soy una panza con guitarra, que ahora por ti se ha hecho devoto,
De tu vientre que en las fotos, no se deja, retratar.
Soy una panza, que busca en el vacío que la tuya, acabe con el frío,
Y que tu panza sea la mar, donde yo pueda ser feliz,
Y el papel con que en las noches, escribiré miles de cartas, a Paris,
A Paris.