Historia de un Ángel sin Alas
Abel Velazquez
El ángel extraña, en la ventana,
No sabe bien que, pero él extraña,
Quien puede apagar la luz,
Y resguardarse en las almohadas,
Sin saber que se siente escapar,
Con sólo desplegar las alas.
El ángel extraña, en la ventana,
No sabe bien qué, pero él espera,
La luz del ayer, aún vibra en su mirada,
Y entre gotas de lluvia sin nombre,
Sus compañeros alados, lo miran, desde afuera.
Volar, como puede desear volar,
Cuando supo de sí, como fue que cayó,
Cuando quiso partir, qué destino empezó,
Fue su llegada, una señal para el amor.
Volar, como puede desear volar,
Si ahora es más que común, un corriente mortal,
Dónde puso su fe, quien respira detrás,
Por qué extraña tanto un cielo, al que no puede,
Regresar, regresar.
El ángel miró su reflejo, en la ventana,
Y mira como, le ha crecido de nada, la panza,
Tiene una mujer en el alma, que cuando lo llama,
Le dice que la hace feliz,
Que el mundo empezó en su nariz.
Volar, como puede desear volar,
Cuando supo de sí, como fue que cayó,
Cuando quiso partir, qué destino empezó,
Fue su llegada, una señal para el amor.
Volar, como puede desear volar,
Si ahora es más que común, un corriente mortal,
Dónde puso su fe, quien respira detrás,
Por qué extraña tanto un cielo, al que no puede, regresar.
El ángel extraña, en la ventana,
No sabe bien que, pero él extraña,
La luz del ayer, aún vibra en su mirada,
Cuando su mujer se levanta, y lo ve en la madrugada,
Y entiende que vino del cielo tal vez a cuidarla,
Y a veces cuando piensa en él,
Queriendo talvez sin querer, lo extraña.
Volar, como puede desear volar,
Cuando supo de sí, como fue que cayó,
Cuando quiso partir, qué destino empezó,
Fue su llegada, una señal para el amor,
Para el amor, volar.