La Maniqui
Alejandro Santiago
Era tan rojo el color de sus labios,
Que era difícil librarse su encanto,
Era evidente su forma perfecta,
Bajo las luces de la pasarela.
Solo un rubor se escuchaba a su paso,
Era el misterio jugando al aplauso,
El corazón palpitando despacio,
Siempre luciendo el vestido con garbo.
Y... Como una maniquí,
Con los ojos perdidos
Con rastro de astío,
Fingiendo sentir,
Se engañaba al reir...
Y... La elegancia en su facha,
Modelando la falsa y estúpida farsa,
Que compran las damas de la sociedad.
Y... Corazones de moda,
Persiguiendo la onda bañada de encanto,
Luciendo otro trazo con nombre en francés.
Y... Tanto lujo en exceso,
Y al perfume del ego poniéndole
Precio al valor de su cuerpo,
Como novedad... Como novedad...
Era tan rojo el color de sus labios,
Que era difícil librarse su encanto,
Era evidente su forma perfecta,
Bajo las luces de la pasarela.
Con la virtud que sus padres le han dado,
Se cotizó su llanto en el mercado,
Solo le falta un detalle en la cuenta,
Que un día funcione por fín... Su cabeza.
Y... La elegancia en su facha,
Modelando la falsa y estúpida farsa,
Que compran las damas de la sociedad.
Y... Corazones de moda,
Persiguiendo la onda bañada de encanto,
Luciendo otro trazo con nombre en francés.
Y... Tanto lujo en exceso,
Y al perfume del ego poniéndole
Precio al valor de su cuerpo,
Como novedad... Como novedad...