Por Prudencio Correa
Alfredo Zitarrosa
(Serranera)
Yo no lo vi, pero sentí clarito;
¿y quién no oyó el temblor
de la descarga que le partió
la frente aquella tarde clara?
Y de aquellas soledades
sabía Prudencio Correa,
por las horas de silencio
vividas en la frontera.
Una vez que estuvo preso
por cuestiones de pelea
le quitaron hasta el mate
por ser Prudencio Correa,
y dijo cuando salió:
- Ni a las malas ni a las buenas,
preso no me han de llevar,
dijo Prudencio Correa.
Tiempo después lo citaron,
pero no hubo manera,
Prudencio Correa era hombre
de palabra, donde quiera;
y, aunque era gurí, me acuerdo
de aquella tarde serena,
cuando un bando de fusiles
fue por Prudencio Correa.
No se lo vio recular ni andar
buscando trinchera;
por cumplir con la palabra,
murió Prudencio Correa;
con el brazo arremangado
murió Prudencio Correa;
con el dedo en el gatillo
murió Prudencio Correa.
Prudencio Correa hombre
de palabra, donde quiera.
Y de aquellas soledades
sabía Prudencio Correa.
(Los textos en cursiva corresponden a partes recitadas)