El Negro Alegre
Ángel Villoldo
Yo soy el negro que alegre,
cantando la vida
se suele pasar;
y que jamás siente pena,
porque con la risa
la sabe ahuyentar;
y cuando veo otro negro,
con cara muy triste,
¡qué risa me da!
¡Ja, jajajá,
ja, jajajá
ja, jajajajá!
Y esta es la vida se ve,
que debemos de pasar,
ahuyentando los pesares
con la risa y nada más.
¡Cuando la veo a Panchica
que sale el domingo,
contenta, a pasear,
y con Benito del brazo,
allá por Palermo,
la suelo encontrar!
Al ver la yunta de negros
como dos mandingas,
¡qué risa me da!
¡Ja, jajajá,
ja, jajajá
ja, jajajajá!
Y en este mundo se ve,
todos tienen que reír:
yo me río de los otros
y otros se ríen de mí.
Bailando anoche un tanguito
con la negra Pancha
el negro Ramón,
queriendo hacer firuletes
como fardo al suelo
se fueron los dos;
se lastimaron la trompa
y toda la mota
se le alborotó...
¡Ja, jajajá,
ja, jajajá
ja, jajajajá!
Pobre los negros, Ramón,
¡ay que risa que me da!
¿Quién lo metió a hacer piruetas,
a los negros, si no sabía bailar?
Yo soy el negro que alegre,
cantando la vida
se suele pasar;
y que jamás siente pena,
porque con la risa
la sabe ahuyentar;
y cuando veo otro negro,
con cara muy triste,
¡qué risa me da!
¡Ja, jajajá,
ja, jajajá
ja, jajajajá!
Y esta es la vida se ve,
que debemos de pasar,
ahuyentando los pesares
con la risa y nada más.
¡Ja, ja, ja, já!
¡Que demonio de "bulero" este!