Cualquier Día
Arturo Benavides
Cualquier día, como menos lo espere,
Cuando menos lo quiera, donde menos lo piense,
De la profunda entraña me nacerá la muerte
Y me volveré nada yendo a ninguna parte,
Bajo una eterna sombra.
Podrá sentirse libre quien me debe,
Tranquilo quien me odie,
Defraudado el que guarde una promesa
Que no pude cumplir a última hora,
O la cuenta pendiente que ya jamás se cobra.
Cualquier día, cesaran para mí todas las cosas,
No sabré de alegrías, ni miserias,
Ni triunfos ni derrotas,
Se extinguirá el amor con sus angustias
Al detenerse el péndulo,
La ilusión quedara petrificada
En la pupila de los ojos yertos.
Quizás los que yo amé y que me amaron,
Pese a mi vanidad y mis agravios,
Puedan hacer un hueco en la memoria,
Y albergar un recuerdo
Que se ira consumiendo con los años.
Tal vez van a llorar,
Pero las lágrimas también se vuelven polvo,
Que terrible afrontar lo fatal,
Y que angustioso haber tratado siempre
De elevarme, y regresar al polvo.
Sin embargo, sucede algunas veces
Que el espíritu se antepone al silenció,
Los valores morales repercuten sobre de lo concreto,
Y del misterio más oculto aflora la luz del intelecto,
Sobreviven todo lo notable, la emoción y el talento,
Es entonces que se duele la envidia,
Pues la muerte hace mayor el mérito.
Y si acaso este perenne afán de perpetuarme
Logra que se prolongue mi existencia
Quedaran dando fe de que perduro,
Mi especie, mis ideas,
Mi deseo de alcanzar lo inabordable,
Las experiencias que del tiempo debes
Y la ternura con que fui
Enhebrando tonadas y quimeras.
Cualquier día iré serenamente
A cumplir con la cita, que mi sino concierta,
En el balcón del tiempo asomará la muerte
Y se abrirá mi noche como una flor inmensa
Que de pronto se enciende.