No Me Dejes Partir, Viejo Algarrobo
Atahualpa Yupanqui
No me dejes partir, viejo algarrobo
Levanta un cerco con tu sombra buena
Átame a la raíz de tu silencio
Donde se torna pájaro la pena
Vengo de un mundo lleno de caminos
Montaña, selva, mar, prado y arena
¡Traigo una sed de paz, tan infinita!
Hazme un nido de amor para mi pena
Yo siempre fui un adiós, un brazo en alto
Un yaraví quebrándose en las piedras
Cuando quise quedarme vino el viento
Vino la noche y me llevó con ella
Mucho tiempo te vi quieto en la tarde
Nada cerca de ti, solo tu fuerza
Tu balsámica sombra es como el beso
Del aura vesperal sobre la tierra
No me dejes partir, viejo algarrobo
Que ya no sé decir: ¡Hasta la vuelta!
Hay un río profundo que me llama
Desde el antiguo valle de la pena
Que en ti se anuden todos los caminos
Con abrazo tenaz de enredadera
Y no haya más rumor que el de la tarde
Cuando pasa descalza por la arena