Súplica
Fernando Delgadillo
Y si te dijera, Miguel,
que no te he extrañado,
que no me importó que te fueras,
que no he sentido rabia,
que no he sentido pena,
que tu muerte fue tan sólo una manera
para apreciar mi vida
con el doble de fuerzas.
Que no lloré frente a tu tumba,
¡si te dijera!
Que no he estado perdido,
y que no he sufrido.
Es mas, si dijera,
por poner un ejemplo,
que de cierta forma me alegra
que te hayas muerto.
Así no irás conmigo de gorra,
ni me harás perder el tiempo
hablando de política,
y de la bomba.
Si te dijera mi amigo
que pienso que eres algo estúpido
por morir en una noche tan bella.
Que perdiste la pose
al caer en la banqueta,
enredado a una moto retorcida,
la cabeza partida.
Si te dijera que mi vida
sigue igual de alegre.
Que Pink Floyd es una mierda
y que el mundo aún se mueve,
que seguimos haciendo fiesta,
que la pena no nos detiene.
Si te dijera,
¡si te gritara!
que me gusta la novia que dejaste,
que he visto a tu hermana
y que también me gusta,
y que eres un hijo de puta
por hacerlas llorar.
Dime, Miguel,
mi amigo,
si dijera en serio
todo eso que digo,
¿dejarías tu tumba?
Porque si es así, entonces,
¡seguro que lo digo!