Hijos
Don Osvaldo
Tu risa es mi sangre y mi canción
Tus ojos me reflejan confianza
Tus pasos me llevan hacia el Sol
Tu abrazo, cuando es tarde, da calma
Los sueños que amanecen en vos
Navegan por los mares sin rumbo
Buscando libertad entre sombras
Intentando darte un ejemplo, tal vez, di con mi triunfo
Tus cinco sentidos responden
A los miedos que el futuro te esconde
Se valiente ante los desafíos
Tocando al ritmo o gambeteando al destino
Por este viaje solo no vas
Te acompaña siempre un lucero
Nobles y leales compañeros
Y una férrea vigilia de viejos luminosos y eternos
Trascendiendo a la luz y a la herida
Vos apareciste cambiando la pulsión de mis días
Ahora mis tormentas, con sus respectivas huídas
No son nada al lado de tu caricia