Los Placeres de la Pobreza
Enrique Bunbury
la vejez de los pueblos de estirpe divina
y sus verdades olvidadas
la malilla de diamantes contra la hoja de palma
a través de la radio temblé.
y pagar con la moneda de la curiosidad
en el suministro de charas,
masturbación de interrogantes para sólo escuchar
un susurro de hilo de plata.
cegados por la voz de la inexperiencia
nos arrastramos sin pensar.
a lomos del desierto hacia las cavernas,
las huellas del peregrino me guiarán.
mi ciudad estaba muerta antes de nacer,
purasangre desbocado.
detesto a los tibios de vocación
y dicen que a la fuerza ahorcan.
cegados por la voz de la inexperiencia
nos arrastramos sin pensar
a lomos del desierto hacia las cavernas,
las huellas del peregrino me guiarán.
ningún otro cielo en la tierra
cruzó la cara al sí y al no
dejando condena y cadenas
del lado opuesto a la razón.
y los placeres de la pobreza han vencido
a mi burlada revolución.
los placeres de la pobreza han vencido
a mi burlada revolución.
cegados por la voz de la inexperiencia
nos arrastramos sin pensar.
a lomos del desierto hacia las cavernas,
las huellas del peregrino me guiarán.
ningún otro cielo en la tierra
cruzó la cara al sí y al no
dejando condena y cadenas
del lado opuesto a la razón.