Bendecida
Enrique Bunbury
si la primera mirada es la que vale
- esto ya lo enseñan las madres -
recuparé la cordura
hacia una fosa común cosidos a preguntas.
agrio es el sabor de la noche en abandono.
será el día en que inicie el retorno.
me estorba la memoria,
los sentidos me distraen y se equivocan.
en las aguas de la certeza
nos hicimos la promesa de las aguas de pokara,
"y el perfume que emane del sexo
se fundirá en nuevo grito".
nunca he confiado en los labios muy finos,
de ellos huyo como un fugitivo.
y amansas el oleaje
que rompe contra mis venas, purificas el aire.
en las aguas de la certeza
nos hicimos la promesa de las aguas de pokara,
"y el perfume que emane del sexo
se fundirá en nuevo grito".
de las brasas de una constelación
al mundo perecedero,
bendecida fue la causa de mi fortuna.
y de la tierra perdida en la infancia
al mundo perecedero,
bendecida fue la causa de mi fortuna.
algo que no me han consentido
y que ahora busco entre tus huesos,
algo que desde tan lejos
creí que no era,
creí que no era mi estilo.
cuando abandones tu sueño
sabrás que has muerto
y los gusanos siempre están hambrientos.
oriente no cree en el sarcasmo
que antaño nos gobernó,
soy el león domado.