Cobardía
Enrique Santos Discépolo
No se que daño he hecho yo pa' merecer
esta cadena inaguantable de dolor,
que cuando no te beso no puedo respirar
y siento que me ahoga tus labios al besar.
De sufrir tanto perdí la dignidad
y no me importa saber que me engañás.
¿No ves que necesito de vos? Te quiero ver.
Habláme como siempre. Decí que me querés.
Yo se que es mentira
todo lo que estás diciendo,
que soy en tu vida
sólo un remordimiento.
Yo se que es de pena
que mentís pa' no matarme;
lo se, y sin embargo
sin esa mentira no puedo vivir.
Anoche mismo he podido comprobar
que ni la puerta de esta casa respetás;
yo vi con estos ojos los besos que te dio
y oí que se reían burlándose los dos.
Humildemente, sin embargo, ya lo ves,
yo te pregunto: ¿Todavía me querés?,
y cerrando los ojos escucho que jurás
que nunca me engañaste, que no me olvidarás.