Jorobita
Francisco Gabilondo Soler (Cri Cri)
Por el desierto
un pobre camello pasó,
ofustalmut ala
Iba sediento, cansado,
muerto de calor,
marfajet marajha
Pero por suerte no lejos de ahí,
unas palmeras lo vieron venir,
y lo llamaron a voces diciendole así:
Si es que tú quieres beber,
si tú quieres descansar,
pues no dejes de venir acá.
Además has de saber
que te quiere conocer
cuanto antes nuestro Gran Sultán.
Solitario y quejumbroso
el turbante lo fatiga,
pues no tiene más negocio
que rascarse la barriga.
Jorobita, por favor,
ven a ver al buen Sultán
y así ya no tendrás más calor.
Dando traspiés en la arena
despacio avanzó
Iba sacando la lengua,
y se tambaleó ...
Y las palmeras, a todo correr,
desde el oasis salieron por él,
pues el cansado camello se iba a caer.
A la sombra del jardín
el sultán Balunk Salim
en la boca le sirvió un "ice cream".
El desmayo fue fugaz,
y el camello muy voraz
despertó para pedirle más.
Como a mí me sobra esbacio,
si usted quieres consentir,
te regalo mi balacio
todo entero bara ti.
Y a la diestra del sultán,
sentadito en un diván,
Jorobita se quedó a vivir.