Diaguitas
Illapu
Fueron los frutos Calchaquíes
de sudor embravecido
tus pies fueron al desierto
y la flor de amor sembraron.
Mano de greda alfarera
que la tierra cruda pulió
y del molle vino el vino
a embriagarte tus dolores.
De sudor vivió tu encanto
y fundido en el paisaje
el Diaguita indio eterno
perduró en los guijarros.
Su color bronce tierra
no se muere, como el sol
en la noche interminable
que ha de morir algún día.
Es la noche de los hombres
que atormenta la belleza
de la savia americana.
Es la noche de los hombres
que atormenta la belleza