Caminando Por La Hierba
Joan Manuel Serrat
Fue
un atardecer de septiembre
caminando por la hierba
donde me sorprendieron las hadas
por vez primera.
Donde lechuzas, árboles y abejas
me silbaron al oído
y la hierba,
jugueteando entre mis dedos,
me desnudaba el alma a besos,
restañó mis heridas
y me barrió el polvo.
Créeme,
créeme que nunca
hubo tanta luz en las tinieblas
de mi viejo rompecabezas.
Créeme que nada
enyesa tantas grietas
como caminar por la hierba...
Por eso
vuelvo a menudo al paraje
donde se endulza la brisa,
para sentir a Venus cerca,
donde se huele la vida
donde la piel se me levanta y juego
a la 'rayuela' con siete nubes,
y la hierba
pregunta por los amigos
y por las golondrinas que se han ido
mientras me hace cosquillas
entre el corazón y los dedos.
Créeme,
créeme que nunca
hubo tanta luz en las tinieblas
de mi viejo rompecabezas.
Créeme que nada
enyesa tantas grietas
como caminar por la hierba.