Dejad Que Cante El Muchacho
Joan Manuel Serrat
No pienses que tiene nada contra ti si te atropella por la calle y no te dice adiós: es porque no te vio. No hables de ingratitud, sabes que estima tu compañía en lo que vale; no es que se haya vuelto imbécil de repente, a juzgar por esa estúpida sonrisa, ni creas que se confunde si te llama Margarita.
Es difícil, pero trata de entender que no se le rompe el alma aunque le veas llorar, ni juega sucio por no decir la verdad ni oculta nada porque esconda algunas cosas. Dale tiempo y disculpa la soberbia de quién se siente un hombre afortunado. Dejad que cante el muchacho, ese que se ha enamorado.