Amansando Soledades
José Larralde
Por donde andará mi amigo, Romero, el de la guitarra
Que me regalo por nada nomás, por si me gustaba
Hacerle un tiro a la tripa pelusienta y anudada
Cuerdita de tres colores, negra blanca y colorada
Con una caja grandota y una voz sacrificada
Que decía dende adentro: Más vale no diga nada
Si por no subir el tono me va a amordazar el alma
El que no sabe dónde anda que no agarre una guitarra
Cuánto me costó encontrarle la razón de su arrogancia
Si hasta sentí compasión de algún rajón sin distancia
Que le cruzaba la espalda
Como si una rastrillada le hubiera mordido el bofe
Pa que ya no respirara
Me enteré de su pasado porque me dijo una tarde
Si juntos vamos a andar yo voy a saber andarte
No sé si no fue por hablar que no supe preguntarle
Hasta dónde iba a poder o querer acompañarme
Eran muy pocos mis años... Y ella era una musa grande
A veces entre el sauzal cuando llegaba la tarde... (silbido)
Yo andaba de chiflador amansando soledades
Y mi guitarra era un viento entre las pilchas del catre
A veces soplaba fuerte y me traía quién sabe de dónde
Lluvias cansadas de galopear en el aire
Otras veces se achinaba como el Sol entre el celaje
Y era un solo remolino retorcido y lujuriante
Yo, yo no podía saber lo que ella quería enseñarme
Al principio la sentí como algo de alguna parte
Diferente de las cosas que uno tiene pa llevarse
Cuando, bueno, cuando se muda del pago y de volver no se sabe
Porque uno, uno no sabe nada, pero de algo sí que sabe
Morir cualquiera se muere y es razón pa no amargarse
Pero morir sin sentido por haber nacido en balde
Es casi peor, si no le erro, que tener rabia y callarse
Y así pasó con los sueños, con la soledad y el hambre
Con la verdad en las manos y la razón hecha sangre
Que canté por todo el pago, y por si alguno no sabe
Hubo quien se confundió y me echó ombú adentro el mate
Pero también sucedieron halagos en cantidades
Por el canto, por la copla, o las leguas de una frase
Que se quedaba dormida entre las ramas de un sauce
Al arrullo de un silencio repetido de ansiedades
Y según el corazón, todo fue por la guitarra
Y un tímido La menor con gusto a milonga Pampa
Que se aquerenció en mis manos y se sublevó en mi alma
Y que solo hinque ante Dios y mi única, azul y blanca
Por eso dónde andará mi amigo, el de la guitarra
Que me regaló por nada, nomás por si me gustaba
Mi viejo amigo Romero, todo mi canto te canta
El triste de mi dolor y el ancho de mi esperanza
Y el que nunca cantaré será por honrar la raza
De los hombres como vos, cantores de coplas altas