Con Las Manos Calladas
José Larralde
Nunca fue tan absurdo preguntar
cuánto tarda el regreso,
nunca fue tan inútil regresar
y dejarte mi beso,
que pregunta más tonta es preguntar
el momento y la hora,
qué pregunta me queda por andar
en la voz de su sombra,
que distancia buscaba al azar
por favor, qué distancia,
que rompiste mi carne en el adiós
sin gritar una lágrima,
cuánto tiempo será mi corazón
tu latido y tu rabia,
y el perfume que un sueño me dejó
con las manos calladas,
nunca fue tan absurdo preguntar
para qué tanto y nada...