La Antesala del Infierno
Legado de Una Tragedia
Edgar, Allan Poe
Entra, Bienvenido al Inframundo
Si avanzas más allá, abstente
Perderás toda esperanza allí
Edgar, Allan Poe
Tus pasos van a la ciudad del llanto
Virgilio sabio maestro locuaz, tu guía
Te acompañara en tu viaje
Entra, Bienvenido al Inframundo
Virgilio: Te llevaré a un lugar eterno de dolor
Oirás aullidos de desesperación
Condenados que piden a gritos morir otra vez, una segunda muerte
Espíritus dolientes, presas del tormento, claman su perdón,
Pobres diablos buscan redención
Edgar allan poe, yo te guiaré hasta los infiernos
Nada has de temer, yo cuidaré de tu alma rota
Edgar Allan Poe, yo te mostraré razas malditas
Nada has de temer, ponte en pie y abre sus puertas
El Aqueronte, debemos cruzar por él
El anciano barquero, aquel demonio nos llevará...
Caronte: Yo que crucé La Estigia en la antigüedad
Tantos héroes llevé a encontrarse con Hades
Os puedo llevar a la orilla del mal
Sucia perversidad y el hedor en el aire
Más has de saber que él no debe cruzar
Pues pertenece aún al mundo de los vivos
Y no seré yo quien le lleve hasta allí
El averno no va a recibir fugitivos
Virgilio: Calla Caron, obedece mi voz,
Tuya no es la decisión
Viaja bajo mi manto, no has de preguntar
Pues se ha dispuesto así, así que partamos ya
Donde ningún otro querría ir
Terrible juez ves ante ti, él es quien debe decidir
En qué lugar albergara tu alma el resto de la eternidad
Sus dientes hace rechinar y escucha lo que has de contar
Su cola ciñe a su alrededor
Tantas vueltas como el círculo al que irá el pecador
Minos, castigador, justa siempre ha sido tu balanza
Aparta, déjanos pasa, acata nuestra voluntad
De descender al infierno
Minos: Id allá donde se apaga el sol
Viajareis aún sin mi aprobación
Más sabed que al otro lado de estas puertas
Sólo hay perdición
Angustia, condena y dolor
Soy el gran conocedor de los pecados
Que hay en su interior
Sólo soy un mero servidor
Virgilio y Minos: Edgar Allan Poe
Yo te (el te)
Guiará hasta los infiernos
Nada has de temer
Yo cuidaré (el cuidará)
De tu alma rota
Edgar, Allan Poe veremos devastadas criaturas
Nada has de temer, sígueme, soy tu maestro
Infierno, ante ti se halla un hombre
En vida atormentado
Muestra tu poder, el dolor de almas
Que arden por siempre,
Aullando, despedazándose,
Calmando su perdón.