Síndrome de Estocolmo
Melendi
Amanece
Y los coches que ya obstruyen las arterias
De la gran ciudad que, presa de la histeria
Se ha rendido a la rutina un día más
Corazones
Condenados en un mundo de creencias
Denostados entre religión y ciencia
Obligados a elegir sin despertar
El vagabundo que no es capaz
De imaginar que alguien le quiera
La hija de dos borrachos
Que solo pudo ser enfermera
El abogado que, por seguir la tradición familiar
Abandonó el contrabajo y ahora no abandona el bar
Mírame y dime qué ves en mí
Da luz al camino
No dejes de ser mi espejo
Que, aunque cruel, sea el reflejo
Peor es estar ciego
Así que mírame y dime qué ves en mí
Solo un prisionero
De la envidia y de los celos
De los roles, de los miedos
De culpas y apegos
Aunque yo sé muy bien que en el fondo
Todo es un síndrome de Estocolmo
Anochece
Y con el silencio se hace fuerte el ruido
Lo soñado, lo añorado, lo perdido
Se convierten en gigantes de cristal
Tercas huellas
Que confunden sin piedad al caminante
Las comedias son divinas cuando Dante
Pone en jaque a la tragedia universal
El vagabundo que no es capaz
De imaginar que alguien le quiera
La hija de dos borrachos
Que solo pudo ser enfermera
El abogado que, por seguir la tradición familiar
Abandonó el contrabajo y ahora no abandona el bar
Mírame y dime qué ves en mí
Da luz al camino
No dejes de ser mi espejo
Que, aunque cruel, sea el reflejo
Peor es estar ciego
Así que mírame y dime qué ves en mí
Solo un prisionero
De la envidia y de los celos
De los roles, de los miedos
De culpas y apegos
Aunque yo sé muy bien que en el fondo
Todo es un síndrome de Estocolmo
(No me mira)
(Que no me mira)
(No me mira)
(No me gusta)
(No puedo más)
Mírame y dime qué ves en mí
Da luz al camino
No dejes de ser mi espejo
Que, aunque cruel, sea el reflejo
Peor es estar ciego
Así que mírame, dime qué ves en mí
Solo un prisionero
De la envidia y de los celos
De los roles, de los miedos
De culpas y apegos
Aunque yo sé muy bien que en el fondo
Todo es un síndrome de Estocolmo
(Tú lo sabes todo)