Desarma y sangra
Mercedes Sosa
Tu tiempo es un vidrio
tu amor un fakir,
mi cuerpo una aguja
tu mente un tapiz.
Si las sanguijuelas no pueden herirte
no existe una escuela que enseñe a vivir.
El ángel vigía descubre al ladrón
le corta las manos,
le quita la voz,
la gente se esconde
o apenas existe,
se olvida del hombre,
se olvida de Dios.
Miro alrededor,
heridas que vienen,
sospechas que van
y aquí estoy
pensando en el alma que piensa
y por pensar no es alma,
desarma y sangra