No nos convencerán
Migueli
Y no me convencerán,
y no me convencerán
los violentos de que el hombre
un lobo de otro será.
Y no me convencerán,
y no me convencerán
de que el que es de otra raza
sabe menos que yo amar,
de que compartir mi vida
me roba la intimidad
o de "quien más tiene más vale",
que lucha es enemistad
o de que la naturaleza
las leyes la cuidan más;
de que en el Cuerno de Africa
el hambre siempre estará.
Y no me convencerán,
y no me convencerán
de que las pelas ayuden
a dar la felicidad.
Y no me convencerán,
y no me convencerán
que por meterme en el fango
mi nombre se va a manchar
o de que niños que tienen SIDA
endemoniados están,
o que aquél que viene de fuera
nunca quiere trabajar,
que en la Iglesia las mujeres
no son aún de fiar
o de que la droga es un cáncer
que no se puede curar.
Y no me convencerán,
y no me convencerán
de que sólo los castigos
al hombre duro abrirán.
Y no me convencerán,
y no me convencerán
que casi no hay diferencia
entre amar y utilizar.
Y no me convencerán,
y no me convencerán
que la Justicia Divina
no casa con la igualdad.
Y no me convencerán,
y no me convencerán
que esta tierra es de unos pocos,
y si es de todos, se hundirá.
Y no me convencerán,
y no me convencerán
que el Evangelio es un libro
más que de ser, de orientar;
que vivirlo es utopía
y que recortarlo da igual...
Y no nos convencerán,
y no nos convencerán
de que sólo los castigos
al hombre duro abrirán.
Y no nos convencerán,
y no nos convencerán
de que las pelas nos traigan
hecha la felicidad.
Y no nos convencerán,
y no nos convencerán
que casi no hay diferencia
entre amar y utilizar.
Y no nos convencerán,
y no nos convencerán
que esta tierra es de unos cuantos,
y si es de todos, se hundirá.
Y no nos convencerán,
y no nos convencerán
de que en estos buenos tiempos
ya ni luchar ni rezar,
de que en estos duros tiempos
la esperanza no es igual.