Che, Bandoneón
Nacha Guevara
El duende de tu son, che, bandoneón,
se apiada del dolor de los demás.
Y al escuchar tu fuelle dormilón
se arrima al corazón que sufre más.
Estercita y Mimí, como Ninón,
dejando sus desinos de percal,
vistieron al final mortajas de rayón,
al eco funeral de tu canción.
Bandoneón, hoy es noche de fandango.
Y puedo confesarte la verdad.
Copa a copa, pena a pena, tango a tango,
Embalada en la locura del alcohol y la amargura,
bandoneón, para qué nombrarlo tanto,
no ves que está de olvido el corazón,
pero él vuelve, noche a noche,
como un canto en las gotas de tu llanto,
che, bandoneón.
Tu canto es el amor que no se dio
y el cielo que soñamos una vez
y el fraternal amigo que se hundió
cinchando en las tormentas de un querer.
Y esas ganas tremendas de llorar
que a veces nos inundan sin razón.
Y el trago de licor
que ayuda a recordar
si el alma está en orsay,
che, bandoneón.
Bandoneón, hoy es noche de fandango.
Y puedo confesarte la verdad.
Copa a copa, pena a pena, tango a tango,
Embalada en la locura del alcohol y la amargura,
bandoneón, para qué nombrarlo tanto,
no ves que está de olvido el corazón,
pero él vuelve, noche a noche,
como un canto en las gotas de tu llanto,
che, bandoneón.