La Hora Final
Patricio Manns
Alguna vez la loba da su leche
y un beso azul puede calmar tormentas
y basta aún la sombra de tu mano
para cerrar con sueños mis tristezas.
De vez en cuando por el cielo nocturno
cruza una luz que raya la tiniebla
pero es verdad
que fácil no es
la engañadora vida de la tierra.
Hay que luchar para cambiar el mundo,
hay que borrar las razas y las guerras,
hay que cortar las manos del que mata
y defender
una vez más
la paz de cada aldea de la tierra,
y defender
una vez más
la paz de cada aldea de la tierra.
Por eso así, tomado de tu mano,
siento pavor de lo que nos espera.
La espada está colgando sobre el mundo
y nadie ve su brillo cuando tiembla.
Voy a sembrar, pero no estoy seguro
de que mañana tenga mi cosecha
si estamos hoy
sobre un volcán
que estallará cuando menos se piensa.