Así Es La Libertad (Milonga)
Ruben Alberto Benegas
Con mi razón o sin ella, apartando al que se oponga
He de seguir meta y ponga, sin ladearme de la huella
Porque no me hace ni mella perderme en la soledad
Hundirme en la inmensidad a paso lerdo, tranquilo
Porque aún no se ha hecho el filo que corte mi libertad
Cabalmente pienso y hago, sin darle cuenta a ninguno
Mi libertad no es vacuno que se vende al mejor pago
Ofrezca que no es amago y tomelo como quiera
Mi libertad no es tranquera abierta al primer mandón
Pa' un libre no hay más patrón que la madre y la bandera
Pa' mi no existe caudillo que doblegue mi conciencia
Como señal de obediencia solo ante Dios me arrodillo
Hombre que saca el cuchillo y ante el peligro lo arrolla
Y a la libertad la apoya con su fe y en su derecho
Es que a mamau en un pecho de mujer sangre criolla
Sangre cuyos cuajarones son medallas conquistadas
En mil gloriosas patriadas y en muchas revoluciones
No se arrean a empujones mi ideal ni el sentimiento
Sobra la hilacha de un tiento pa' un desmadrau, para un wacho
Aprende a ser libre el macho oyendo rugir al viento
La libertad hay que llevarla, con honor, con honradez
Es decir... Con la altivez que uno supo conquistarla
Al que no sepa cuidarla se la quitarán mañana
La libertad es soberana cuando un varón es de ley
La libertad no es un buey que responde a una picana
Ni es tampoco revencazo asestau a las costillas
Ni bisagra en las rodillas ni doblez en el espinazo
La libertad es trompetazo de victoria en la pelea
Es banderín que flamea al tope de una tacuara
Es un potro que dispára o un aguila que aletea
Es también fecundo tajo en las criollas cementeras
Gorro frigio en las manseras simbolizando al trabajo
Es el puño de un badajo cacheteando a una campana
Que va pregonando, ufana, que en esta tierra Argentina
La libertad no es propina, solo peleando se gana
Es así la libertad, que es pregón en nuestro himno
Escudo, estandarte, signo, de nuestra argentinidad
Santa palabra, verdad, por los libres venerada
Fogón cuya llamarada ningún despota apagó
Herencia que nos legó, nuestro Santo de la Espada