El extraño caso de las damas de África
Silvio Rodriguez
El otro día fuimos al parque
a ver la galería de arte
y cuando terminó la mañana
pasamos a comprar africanas.
Cargué con un cartucho
contento para casa
y lo guardé en el frío
porque el calor abrasa
y vaya usted a saber lo que pasa...
Anoche tuve una visita
un matrimonio y su vejiguita
y como era ocasión apropiada
quise brindarles mis africanas.
Cuando encontré la bolsa
después de buscar mucho
la sacudí en mi oído diciendo: Nada escucho
Adentro hallé no más que cartucho...
Quién se comió...
Quién se comió...
Quién se comió mi africana
Quién se comió...
Quién se comió
Quién se comió mi africana...
¡Ay!...
Quién se comió... ...
Si no fue Juana
ni fue su hermana
Que alguien me diga quién se ha comido mis africanas
Es concebible
Y no imposible
que yo sujete mis africanas con imperdibles.
Quién se comió...
Una pepilla
me hacía cosquillas
Interrogando sádicamente a la giraldilla
Señor abate
No se arrebate
Si usted encuentra tanta ricura de chocolate!
Quién se comió...
Quién fue
Quién se comió...
Quién fue
Quién se comió mi africana
Que lo delate pero no lo ve
Quién se comió...
Quién fue
Quién se comió...
Quién, quién, quién
Quién se comió...
Quién se comió...
¡Quién se comió mi africanaaaaaaaaa...!!!.