Salmo Nº 58
V8
Oh! congregación, pronuncias de verdad justicia?
Juzgáis rectamente, hijos de los hombres?
No! en el corazón urdís iniquidades.
En la tierra violencia
Dispensan vuestras manos.
Desde el seno se torcieron los impíos.
Erraron desde el vientre los que hablan mentiras.
Envenenados con veneno de serpiente,
Son como el áspid que tapa su oído
Para no oir la voz de los que le encantan,
Del mago experto en el encanto.
Oh! dios, rompe sus dientes,
En sus bocas quiebra,
Oh!, dios,las muelas del león.
Que se disipen como agua que corre,
Como hierba que se pisa sobre el camino.
Que se deshagan como el caracol deslíe,
Como el que muerto nace,
Y no contempla el sol.
Antes que vuestras ollas sientan la llama
De los espinos,
Asi vivos, así airados
El los arrebatará con tempestad.
Se alegrará el justo al verse vengado,
Sus pies bañará en la sangre del malvado.
Entonces se dirá: hay premio para el justo,
Hay un dios que juzga al mundo.