A Joaquín Murieta
Victor Jara
Con el poncho embravecido
y el corazón destrozado
galopa nuestro bandido
matando gringos malvados.
Galopa con poncho rojo
y en su caballo con alas
y allí donde pone el ojo,
mi vida, pone la bala.
Por esta calle llegaron
esos hombres atrevidos.
Se encontraron con Joaquín
y Joaquín con su destino.