Nimbus
Fernando Delgadillo
Vengo después de la orilla del mar
En donde las nubes quimeras del viento
Semejan fragatas fantásticas
Navegando el cielo azul
Llevo un desorden de brisa en el pelo
Y un rayo primero de luna en la piel
Las olas lavando la orilla del mundo
Me habrán visto bien
El aire limpio de un viento de mayo
Me trajo hasta aquí juntando mis caballos
Que pasean tranquilos hasta que un silvido los llamó a correr
Y aquí me ves con mi amante tonada
Y mis aires de mensajero de fortunas
Trayendo un presente de lluvias pendientes cada amanecer
Cumpliendo una existencia venturosa
Tempranas labores de atar desatando
Mas pronto advertí en desamparo en los hombres
Y aprendí a llorar
Así es como hoy guardo rebaños de nubes
Que guío hacia el interior del continente durmiente
Al que baño con blancos rebaños
Del soplo de mar
Hileras de nubes
Caballos del cielo
Manadas de nubes
Hummmm
Aires de enero y vientos de septiembre
De sueños risueños de historias de siempre
Yo soy el espíritu que anda despertando
Al árbol frutal
Aguas de marzo y sorpresas de octubre
Quiero ser el manto que limpia y que cubre
De verdín la piedra, al muro de hiedra
Y al limón de azar
Pero algo de invierno ha soplado en mis notas
Y hace tanta falta el agua de mis gotas
Que estoy yo temiendo no sean suficientes
Para tanta sed
Yo atiendo los campos pero claman tantos
Que nunca termino de dar al quebranto
Remedio ni el medio que falta al que empieza
La lluvia a atraer
Si ven que llevo nuboso el semblante
Y evito el encuentro con mi semejante
No es falta de amor, solo exceso de celo
No miren mi faz
Los días así me compongo al ocaso
Cuando el infinito abierto de mis brazos
Parecen poder abarcar en un momento
Lo que alcanzo a ver