El Faro
Edgar Oceransky
Dibujas mi silueta de perfil sobre cristal,
Y miras hacia el norte con más ganas que deseo, de mirar,
Mis manos dibujándote en el sitio donde no puedes estar,
Se esta volviendo oficio poner tierra y extrañarte un poco más, de lo normal,
Esta creciendo el río y se desborda del caudal.
La inercia va arrastrándote muy rápido hasta el día terminar,
Intentas sin lograr hacer más corta la jornada en soledad,
Yo escribo y trato de ordenar mis sueños y mi vida desde acá,
Buscando la manera de juntarla con la tuya cada vez un poco más,
Difícil es hacer más de una cosa sin pensar.
Pierde los temores y convierte en mariposas las serpientes,
Q después de la tormenta calma habrá,
No dudes siempre navegar contra corriente,
Vuelve fuerte, si no pierdes el faro que está al final,
Nunca dejes cabos sin atar.
Tú piensas y deseas de este modo con tu vida continuar,
Sabiendo que esta historia va tener que repetirse sin parar,
Yo rezo porque quieras y yo quiero no te vayas a cansar,
A veces tiene que dolerte el alma para que te puedas por fin enterar,
Q hay vida en tus entrañas y no lo puedes negar, ay, ay, ay.
Mis hadas te provocan en la mente toda esta intranquilidad,
Para que no me saques de tu vida y no me logres evitar,
Tus ángeles me cuidan todo el tiempo de cualquier intempestad,
Y limpian mi camino de las piedras que pudieran provocarme tu tropezar,
No es necesario recordar no puedes olvidar, ay, ay, ay.
Pierde los temores y convierte en mariposas las serpientes,
Q después de la tormenta calma habrá,
No dudes siempre navegar contra corriente,
Vuelve fuerte, si no pierdes el faro que está al final,
Nunca dejes cabos sin atar, nunca dejes guerra sin luchar.
Por eso, pierde los temores y convierte en mariposas las serpientes,
Q después de la tormenta calma habrá,
No dudes siempre navegar contra corriente,
Vuelve fuerte, si no pierdes el faro que está al final,
Nunca dejes cabos sin atar, nunca dejes guerra sin luchar.